Personas que quieren cumplir un sueño clásico: ganar mucho dinero y fundar un bar con sus amigos. Personas que quieren dedicar su tiempo y su dinero, cada vez más escaso, a algo que valoran: pasar un buen rato con familiares y amigos. El mundo se enfrenta a desafíos como el aumento del precio de las materias primas, la energía, los alimentos y el talento. El resultado: hay espacio para las oportunidades, sí, pero también una saturación del mercado y muchas posibilidades de que el emprendimiento salga mal.
Primero, decide tu tipología
Tu casa puede ser tradicional si estás dispuesto a cuidarla bien todos los días. Puede ser lujoso, de comida rápida o de comida rápida informal (de mejor calidad pero sin servicio), si sabes cómo hacerlo o cuentas con alguien que lo sepa. O puede ser una comida informal (con una calidad y un servicio lo suficientemente buenos) si descubres cómo hacer coincidir la demanda existente con una oferta eficiente.
En segundo lugar, elige tu concepto
¿Será español, italiano, japonés, mexicano, peruano, fusión o global? ¿Cuál será su singularidad en comparación con ofertas similares en las calles y plataformas de entrega?
En tercer lugar, apégate a ello, pero no demasiado
Tu concepto será tu ADN, siempre y para todo lo que hagas: recetas y menús, arquitectura y decoración, cultura interna y personal, marca y comunicación. Pero, al mismo tiempo, usted y su entorno seguirán cambiando. Asegúrese de adaptar y mantener la combinación perfecta entre competencia y colaboración.
Sigue, pero no solo
Al final, no solo hay oportunidad, sino voluntad y vocación para cumplirla. Investiga un poco y profundiza para encontrar tu propuesta auténtica. No hay nada mejor que la sensación magnética de una mesa rodeada de las personas que amas. La gastronomía sigue siendo uno de los principales impulsores de las conexiones sociales, y seguirá siéndolo. La gente todavía tiene espacio para el postre y está ávida de opciones distintivas y de calidad que hagan que la visita valga la pena.






